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LIBREROS Y ORGULLOSOS DE SERLO

Es probablemente la tienda menos conocida de la hoy cadena, pero en ella surgió todo. La librería Santos Ochoa de la calle Sagasta, la más tradicional de todas las que se aglutinan bajo un nombre y un apellido conocidos por la casi totalidad de los logroñeses, cumple 40 años abierta al público y lo hace orgullosa de las señas de identidad con las que inició su actividad un 11 de abril de 1971…Las mismas que 40 años después llevan a su presidente a seguir la obra iniciada por su padre y continuar con sus planes de expansión pese a los tiempos de crisis.

La historia de Santos Ochoa se remonta a 1915. Un Logroño de principios de siglo asistía a la inauguración de la tienda original en la calle Portales y tras los correspondientes avatares que encierra toda historia desembocaba en la desaparición de la denominación hasta que uno de los hijos del fundador, bautizado con el mismo nombre que su padre, decidiese abrir una nueva librería en el casco antiguo a principios de los 70 recuperando el Santos y el Ochoa para siempre.

Sin embargo, fue su hijo, José Ignacio, nieto del original Santos Ochoa y actual presidente del grupo, quien con apenas 19 años supo convertir el sueño paterno en realidad apostando como nadie en aquellos años por un concepto de negocio basado en la innovación del que ahora es abanderada su hija Mónica.

Solo así se entiende que José Ignacio rompiese con todo lo existente hasta la fecha llegando a sacar por primera vez los libros de las vitrinas clasificándolos por temática y no por colección, algo impensable hoy en día pero todo un descubrimiento en aquella época. "Santos Ochoa abrió sus tres plantas dedicasdas al libro en Sagasta, 3 poniendo los artículos al alcance de la mano de cualquiera y eliminando los mostradores que separaban a libreros y clientes", recuerda José Ignacio, flanqueado en el aniversario por dos de sus encargados: Eduardo Fernández, casi 20 años en la empresa, y Carmelo Bujanda, con más de 27 entre las estanterías del establecimiento que ahora está de celebración.

Los tres hablan de presente y futuro…Atrás quedaron los tiempos en los que los libros se compraban "por metros y color" con el único fin de "adornar el mueble del salón". El pasado es cosa de nostálgicos…

Fuente:
La Rioja